Primero fueron fuertes sacudidas, después comenzó a llover. El cielo se tiñó de rojo, a pesar de que era de noche, pero pronto llegó lo peor... Comenzaron a caer bolas de fuego del tamaño de una pelota de baloncesto, pero luego cada vez más grandes. La gente gritaba sin saber a dónde ir, toda la ciudad estaba sumida en un caos...
No hay salvación. Los Mayas estaban en lo cierto, el mundo está llegando a su fin. No hay ningún sitio donde esconderse.
Se me está acabando la comida, debo salir a buscar a alguien, pero, ¿a quién? Todos han muerto... Saldré cuando paren los temblores y deje de llover. Al menos ya no cae fuego, pero a saber qué viene después.
Algo hicimos mal, no supimos interpretar las señales. Algunos lo decían pero no les creímos.
"Conecte el cargador a la fuente de energía". Se acaba la única luz que me queda, la de la pantalla. En unos segundos estaré envuelta en la oscuridad. Se vuelven a oír gritos y ahora golpes. Creo que hay lobos, supongo que aprovecharán para alimentarse ahora que se está calmando un poco todo.
Oigo golpes en la puerta, alguien está intentando entrar. Rugidos, pero parece algo más grande que un lobo, tengo miedo. Voy a enviar esto aunque sé que ya nadie lo podrá leer nunca.
Han abierto la puerta, yo estoy en mi habitación. Tengo el pie atrapado pero por suerte estoy un poco escondida detrás de un trozo de techo que ha caído. Intentaré aguantar todo lo que pueda.
Adiós batería. Espero que ello no me encuentre. O ellos...
Se acercan. Apagando. Adiós.
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Etiquetas: Eventos, Fin del mundo, Paranoias